
El chavo consigue trabajo vendiendo billetes de lotería, sin saber que su suerte puede cambiar. Mientras Quico ordena sus juguetes para ir a acostarse, llega el Chavo llorando desconsoladamente por no poder vender algunos billetes de lotería. Don Ramón, luego de intentar consolarlo, decide quedarse con los billetes, pero no se los paga al. Al día siguiente, Don Ramón se encuentra con el Señor Barriga que intenta cobrarle la renta, pero cuando ven el periódico, se llevan una sorpresa sin igual.

