
La costa este de América del Norte está plantada con un enorme bosque que se extiende desde Quebec hasta Florida. Siempre ha sido el hogar de muchos animales, como osos negros, ciervos de cola blanca y mapaches. Pero el hombre ha transformado este paisaje. Las ciudades han reemplazado a los bosques, anidadas en el corazón de los robles y arces. Las especies animales que han sobrevivido han aprendido a vivir en este nuevo hábitat donde la comida es abundante y los depredadores no existen.

